SUEÑO
Propicia es la noche para sueños y visiones. Cuando el alma descansa y el cuerpo cede, entra Sueño en nuestra mente para confundir nuestro espíritu o, con placeres inconfesables, deleitarlo plenamente.
Sueño habla:
"En el trance entre el crepúsculo y el alba tú me
perteneces. Duerme ahora, Éstracos, y sé testigo de lo que por
ti acontece"
Una esbelta
mujer de hermosos rasgos y piel de nieve, apenas con una túnica
del color de su negro pelo vestida, sentada en la ribera moja y
mece su delicado pie en un río de fluida sangre escarlata.
Entorna levemente los ojos y, sintiendo la suave brisa acariciar
su rostro, susurra entre suspiros:
-¿Qué te ocurre, oh Muerte, que con tanto pesar las aguas
mueves, sin apenas percatarte de que son las almas por ti muertas
las que la sangrienta corriente componen?
El melancólico
lamento es interrumpido por la llegada de un esbelto joven,
desnudo su cuerpo, con tan sólo una guirnalda de primorosas
flores adornando su rizado pelo de oro. Se acerca sigiloso a la
muchacha, mas ésta ya le ha percibido y con susurrante voz le
llama:
-¿Eres tú, hermano mío? Tus aromáticos perfumes he olido.
-Sí, hermana mía, soy yo. Si una mujer en soledad llora, soy yo.
-No lloran mis ojos.
-Pero llorarán.
-¿Por qué iban a hacerlo?
-¿Y por qué no?
-Me confundes con tus palabras.
-No, es nuestro Sueño hermano quien confunde con sus nocturnas
visiones. Yo tan sólo canto las verdades que sienten los
corazones.
-Pero mi corazón no siente, no puede sentir. Soy Muerte.
-Créeme si te digo que tu corazón, como cualquier otro, siente.
-¿Cómo puedes tú saberlo?
-¿Acaso olvidas quién soy, hermana mía? Soy Amor, y sé que tu
corazón siente porque él mismo me lo ha confesado.
-¿Pero por qué? ¿Por qué este vacío en mi interior? El pecho
me oprime sin razón, me falta el aliento y me sorprenden las
estrellas balbuceando en la noche palabras que no alcanzo su
significado a comprender.
Amor sonríe. Siempre lo hace cuando hiere.
-¿Por qué me
haces esto? ¿Tanto mal me mal quieres?
-¿Por qué dices eso, querida hermana mía? Soy Amor, tan sólo
puedo bien amarte.
-Si es éste tu buen amor, ¡qué sentirá el desdichado que
deseando la felicidad en compañía tan sólo encuentra el
desamor de tu desdén!
-Amar no es malo, si se es correspondido.
-¿Cómo puede ser mi amor correspondido siendo un mortal el
deseado?
Un suspiro de
Muerte, de Amor un pretendido desconcierto:
-Hermana mía, tu pesar no entiendo. Nunca antes a un hombre habías
dudado en poseer.
-Cuando poseo traigo la muerte con mi amar.
-Lo sé.
Calla Muerte.
Amor entre sonrisas se retira.
Una lágrima. Muerte llora en soledad.
Se despide Sueño:
"El Sol de oriente despierta anunciando del fin de mi
reinado la hora. Nacido es el nuevo día, abre los ojos sin
demora."
¿Oníricas
ilusiones o lejanas realidades?
Sólo Sueño sabe lo que muestra. Duerme el hombre y al amanecer,
si recuerda, interpreta.
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